Pedro II "el Grande"(III de Aragón y I de Valencia) (1285-1291), La dinastía catalana, vista por un aficionado.

Ante cualquier desavenencia no caigamos en el error de dudar o bien de su inteligencia, o de su buena voluntad. Otto von Bismark

El secreto de poner en ridículo a las personas reside en conceder talento a aquellos que no lo tienen. Cristina II.

De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente. Pedro Calderón de la Barca.

La política fue en principio el arte de impedir a la gente meterse en lo que le importaba. En una época posterior agregósele el arte de comprometer a la gente a decidir sobre lo que no entiende. Paul Ambroise Valéry


Como ya sabemos era hijo de Jaime I el conquistador y de la segunda mujer: Violante de Hungría, y sucesor al trono de la Corona de Aragón. Su padre lo nombró heredero, primero y procurador general de Cataluña después, y definitivamente de Cataluña, Aragón y Valencia. Su hermano Jaime, por su parte, fue nombrado heredero del Reino de Mallorca, del condado de Cerdaña y de Rosellón, así como de la ciudad de Montpellier.

Se casó el 13 de junio de 1262 en Montpellier con Constanza de Sicília, hija de Manfredo I de Sicília. Y de este matrimonio nacieron:
El infante Alfonso, que seria rey de Aragón y conde de Barcelona. (1265-1291)
El infante Jaime, que seria rei de Aragón y conde de Barcelona. (1267-1327)
La infanta Isabel de Aragón, casada con Dionisio I de Portugal.
El infante Federico, que seria rey de Sicilía.
La infanta Violante de Aragón, casada con Roberto I de Nápoles.
El infante Pedro de Aragón.
Como procurador y heredero actuó con decisión contra las sediciones de los nobles rebeldes catalanes y aragoneses, capturando a Guillermo de Òdena y haciéndolo ahogar en el mar. Mientras el infante Pedro estaba en el reino de Navarra, con la pretensión de casarse con Juana I de Navarra, algunos nobles catalanes, entre los que se encontraban Ramón Folc V de Cardona, Wilfredo III de Racabertí y su hija Dalmau, Arnau Roger I del Pallars Sobirà y Hugo V de Ampuries, apoyados por la nobleza aragonesa: Artal de Luna, Ferriz de Lizana, Pedro Cornel, Jimeno de Urrea con la intención de obtener dineros, tierras y privilegios. Al frente de los nobles se encontraba Fernando Sanchís de Castro, hijo de la relación de Jaime I con Blanca de Antillón, que quería enemistar al heredero con su padre. Intervino Jaime I para que le devolviera los castillos de a Fernando, pero, al mismo tiempo se preparaba para la guerra entrando en Aragón, y atacó el Castillo de Antillón, donde vivia la madre de Fernando, que se dirigió para levantar el sitio pero fue derrotado, y huyo el junio de 1275 al Castillo de Pomar donde fue el infante dispuesto a tomarlo por asalto. Viéndose perdido, Fernando huyo disfrazado de pastor mientras sus hombres se enfrentaban a los de Pedro, pero Fernando fue atrapado cuando atravesaba el río Cinca y Pedro mando que lo ahogaran en el río.
Ya como rey pacificó el país derrotando las revueltas moriscas valencianas, conquistando la ciudad de Montesa el 1277.

Su padre se bahía dilapidado la hacienda de la Corona con todos los gastos de la guerras de conquista, asa que quiso imponer el impuesto de que los catalanes llamaban “bovatge” (era por que lo impongan sobre el ganado). Esto causo un gran descontento entre la nobleza catalana (las dinastías de Urgel, de Foix, de Pallars, de Cardona, de Erill), encabezada por el conde Roger Bernat de Foix, al cual se uno el conde de Urgel, el de Pallars, el vizconde de Cardona y otros se sublevaron contra el rey. Pero Pedro III reunió los nobles fieles de Valencia y Cataluña y los derrotó en el sitio de Balaguer el 1280, finalizando así la oposición feudal en Cataluña.

En las cortes de Tarazona, Valencia y Barcelona de 1283 se hubo de aceptar numerosas peticiones, fruto de la Unión de Aragón, que son la base del constitucionalismo catalán, que en aquellos tiempos no tenía precedentes en toda Europa. Uno de los motivos para que el rey convocara las cortes, fue la cruzada contra Cataluña, perpetrada por el rey francés y que los estamentos vieron como una ofensa a la política autoritaria y personalista de rey. Las concesiones que tuvo que hacer el rey favorecieron a la oligarquía, la posición de la cual se consolidó en detrimento de las clases populares. Una de las clases que se revelaron contra el rey el 1285 (Revuelta de Berenguer Oller), pero que acabó con la ejecución de su jefe Berenguer Oller.

En el 1266 Carlos I de Anjou, con el beneplácito del Papa Clemente IV, invadió el Reino de Sicília. Constanza de Sicília, que era la legitima heredera después de morir su padre Manfredo, y de su primo Conradino de Sicília, reclamó el reino y Pedro puso hilo en la aguja para conseguirlo. Primero trato de neutralizar a los soberanos vecinos, así que hizo firmar a su hermano Jaime II de Mallorca el Tratado de Perpiñá por el cual este se reconocía feudatario. Con el Reino de Castilla, inició unas conversaciones que fueron positivas, Así que por los tratados de Campillo y Ágreda con el rey Alfonso X de Castilla y el infante Sancho (futuro Sancho IV de Castilla) se estableció un fuerte alianza. Con el Reino de Portugal, estableció el casamiento de su primogénita Isabel de Aragón con el rey Dionisio I de Portugal. Y para neutralizar al Reino de Inglaterra prometió a su heredero Alfonso con Leonor de Inglaterra, hija de Eduardo I de Inglaterra. Por el contrario con el Reino de Francia las conversaciones no fueron buenas.
La elección del Papa Nicolás III permitió vislumbrar una esperanza de solución en el conflicto, pero la muerte de este y la elección de Papa pro francés Martín IV alteró todos los tratos. Después de un levantamiento popular de los sicilianos llamado la Vespres Sicilianas, Estos le ofrecieron la corona de Sicília y emprenden la conquista para los franceses, que encabezados por Carlos de Anjou y ayudados por el Papa Urbano IV se la habían quitado a su suegro Manfredo I de Sicília, que murió al ser derrotado en la batalla de Benavente. Así pues, la flota catalana llegó al norte de África y desde allí, hizo un llamamiento a los sicilianos, entró en Palermo, mientras las tropas angevinas se retiraban al Reino de Nápoles. La fuerza expedicionaria catalana estaba compuesta por el ejercito de tierra, comandado por Guillem Galceran de Cartellà, compuesto por almogávares, ballesteros y lanceros, pero la flota catalana mandada por Roger de LLúria tuvo que defender constantemente la isla de Sicília de los ataques angevinos. Pero al final los derrotó en el puerto de Malta (por lo cual Malta y Gozzo pasaron a estar asociadas a Sicília, y en la bahía de Nápoles hicieron prisionero a heredero de Anteví.

El noviembre de 1282 el Papa Martín IV excomulgó Pedro el Grande, y el marzo de 1283 fue desposeído de todos sus reinos, que fueron adjudicados al rey francés el agosto de aquel año. Las hostilidades abiertas entre el Reino de Francia y la corona de Aragón empezaron con los ataques de Eustaquio de Beaumarchais en la frontera entre el reino de Navarra y el Reino de Aragón, y la Valle de Aran. Fue entonces cuando el rey de Francia Felipe III inició la Cruzada contra Cataluña. Con la ayuda del Papa Martín IV y de Jaime II de Mallorca, hermano del rey, un ejército francés, mandado por el propio Felipe III invadió el norte de Cataluña el 1285. La ciudad de Girona fue sitiada desde el 17 de junio a 10 de Septiembre pero la fuerzas catalanas, mandadas por el comandante Roger de Llúria derrotó al francés en la batalla naval de las hormigas, el 4 de septiembre. A causa de esta derrota naval y, en tierra, en la batalla de la collada de Panisars en octubre, los franceses se tuvieron que retirar. Felipe III, gravemente enfermo, murió en Perpiñá. Así mismo los franceses mantuvieron la ocupación de la Valle de Aran. Aquel mismo año el rey Pedro envió una flota contra su hermano Jaime II de Mallorca, al cual le confiscó el reino. Pero el rey Pedro no pudo ver los resultados de la expedición ya que murió pocos días después.


Pedro el Grande murió en Vilafranca del Penedés el 2 de noviembre de 1285, fue enterrado en el monasterio de Santes Creus, Jaime I de Sicília, el su segundo hijo tubo que habilitar el monasterio y presidió el segundo funeral, replica de el anterior, el 1300. A Pedro el Grande le sucedió su hijo Alfonso el Franco, en todas sus posesiones, excepto en Sicília, donde le sucedió su segundo hijo Jaime I de Sicília. Se le reconocen algunas composiciones en trovas, con los Juglares como Peironet.

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido

se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras

en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;

o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma

de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,

como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,

como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

CÉSAR VALLEJO