Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición. François de la Rochefoucauld.
La política es el departamento "Espectáculos" de la industria. Frank Zappa.
Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral. Sir Francis Bacon.Ya de pequeño cuando estudiaba la historia, me extrañaba que una persona en tan poco tiempo pudiera hacer tantas cosas, hoy al oír a los políticos ya no me extraña. Es que para Jaime I “el Conquistador” que en 9 años llegar a conquistar tanto, era un milagro, pero que los políticos actuales en cuatro años lleguen a estropear tanto todavía es mas milagro. Pero dejemos esto y vayamos a lo que tenemos que ir.
Jaime I “el Conquistador” nació en Montpellier el 1208 y murió en Valencia en 1276, fue rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel, y señor de Montpellier. Hijo y sucesor de Pedro “el Católico” al trono de la corona de Aragón. Fue padre de Pedro “el Grande” y de Jaime II de Mallorca. Como ya se ha dicho, fue hijo de Pedro el Católico y Maria de Montpellier, su padre era muy aficionado a las damas, pero rechazaba a su mujer, por lo cual fue engañado por esta, y 24 prohombres, Abades, Priores, el oficial del obispo, algunos religiosos, doce damas, y otras tantas doncellas, que le hicieron creer que dormía con una de sus amantes, cosa que era fingida por su esposa; mientras todos los que lo afirmaban e incluso el pueblo rezaban. Cuando se hizo de día entraron en la cámara, y se descubrió el engaño, el rey salto de la cama y sacó la espada. Le explicaron lo que había pasado y el dijo: «Pues que el cielo quiera que se cumplan vuestros votos» y aquel mismo día huyo a caballo de Montpellier. Pasados los 9 meses del embarazo, nació el que después seria el rey Jaime I. Parece ser que esta historia es sobre la concepción del rey Jaime, es una leyenda, pero si esta basada en lo que el propio rey dijo, o hizo poner, en el Libro de los hechos.
Durante su infancia el rey Jaime I fue educado en el castillo de Monzón. El infante Jaime fue capturado, a los seis años, por Simó de Montfort durante la derrota de Muret. A continuación, y por mediación de su madre, el Papa Inocencio III obligó al de Montfort a ceder la tutela del infante a los caballeros Templarios de Aragón y Cataluña, maestre de los cuales era Guillem de Mont-rodon y que recibió al infante Jaime a los seis años. Estos lo instruyeron como rey en el Castillo de Monzón, mientras el regente, Sancho de Rosellón, conde de Rosellón, Provenza y Cerdaña se disputaba la soberanía con el tío de Jaime, Fernando de Aragón, abad de Montaragó.
En el momento más critico, en el cual los nobles de Cataluña estaban a punto de empezar una guerra civil por el control de la soberanía en contra de los de Aragón, Jaime, con nueve años de edad y aconsejado por los caballeros Templarios, supo manejar muy bien la situación y tomó el control de la Corona. En este momento todos los nobles volvieron a jurar fidelidad al rey. Pero a pesar de todo Sancho conspiró varias veces sin éxito. La acción mas destacada fue cuando sobornó al noble Roderic de Liçana para que usurpara las tierras de Llop d’albero, otro noble que era fiel a la Corona. Pero Jaime con trece años, resolvió la situación de una manera contundente, y el de Liçana, con grandes perdida, acabó refugiándose en Albarracin, dominios que aun no estaban sometidos a la corona. A continuación, se propuso la conquista de Albarracin, pero después de unas semanas de sitio y ataques continuados, se descubrió una traición a la Corona, orquestada por Pedro Ferrandes de Alcántara, señor de Albarracin, y Jaime se tuvo que retirar.
Jaime I, al igual que su padre, fue muy aficionado a las damas. El 6 de junio de 1221 se casó en Ágreda (Soria), con trece años, con Leonor de Castilla, hija de Alfonso VIII de Castilla, y Eleonor de Inglaterra. El 1229 se divorció de Leonor, con la que había tenido un hijo: el infante Alfonso de Aragón, heredero de la corona hasta su muerte. Durante el matrimonio con Leonor tuvo algunas amantes: Elo Álvarez; la condesa Aurembiaix, hija del conde de Urgel Guerau de Cabrera, que se acabaría casando con Pedro de Portugal. Pero después del divorcio con Leonor, Jaime firmó un contrato secreto de concubinaje con la de Aurembiaix. El 8 de septiembre de 1235 se casó en la catedral de Barcelona en segundas nupcias con Violante de Hungría, hija de Andrés II de Hungría, de la que habían de nacer 8 hijos: La infanta Violante de Aragón, casada con Alfonso X de Castilla. La infanta Constancia de Aragón, casada con Manuel, príncipe de Portugal. La infanta Sancha de Aragón, que murió de peregrinación a Tierra Santa. El infante Pedro el Grande, rey de Aragón y Valencia y conde de Barcelona. El infante Jaime II de Mallorca, rey de Mallorca. La infanta Isabel de Aragón, casada con Felipe III de Francia. El infante Sancho de Aragón, que llegaría a ser arzobispo de Toledo. El infante Fernando de Aragón, muerto a los tres años. Durante el matrimonio con Violante, Jaime I tuvo diversas amantes, entre las que cabe destacar: Blanca de Antillón con la que tubo un hijo bastardo, Fernando Sanchís Barón de Castro. Berenguela de Ferrandis, con la que tubo el hijo Pedro Ferrandís Barón d’Hixar. Elvira Sarroca, de la que nació Jaime Sarroca, que llegó a ser obispo de Huesca. Viudo de Violante el 1251, tubo otras amantes y concubinas: Guillermo Cabrera, Berenguela Alfonso, Sibila de Saga y Teresa Gil de Vidaure, que sería esposa mediante documento privado, pero que el rey abandonó cuando esta contrajo la enfermedad de la lepra. De esta última le nacieron: Jaime de Xèrica, señor de Xèrica. Y Pedro de Ayerbe.
Firmó con Luís IX, rey de Francia, el tratado de Corbeil, por el cual cedía todos los dominios que tenia en Occitania (excepto la señoría de Montpellier, el vizcondado de Carladès y la baronía d’Omelàs, pero consiguió que el rey de Francia renunciara explícitamente a cualquier pretensión sobre Cataluña que pudieran alegar mas adelante como descendientes de los conquistadores de la Marca Hispana. Realmente, en este tratado no se intercambiaron territorios, sino que los dos reyes renunciaron a derechos nominales que difícilmente podían ejercer: el rey de Francia reconocía la independencia de los condados de Cataluña, conseguida de hecho a finales del siglo X, mientras que Jaime I reconocía a los franceses los territorios de los nobles occitanos que habían sido vasallos de los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón, ocupados por Francia en la cruzada contra los Albigenses después de la batalla de Muret. Aun con todo, en Launguedoc, donde aun se estaban produciendo revueltas antifrancesas, vieron en esta renuncia de Jaime I como una traición.
«Libro de la Sabiduría del rey Jaime I de Aragón»: Durante los 15 primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas contra la nobleza aragonesa que hasta llego ha hacerlo prisionero en el año 1224. Al cabo de 3 años tuvo que afrontar un nuevo alzamiento de la nobleza aragonesa, dirigido por le infante Fernando, tío del rey, que pudo acabar, gracias a la intervención Papal a través de arzobispo de Tortosa, con la firma de la concordia de Alcalá, este tratado marcó el triunfo de la monarquía sobre los nobles, dándole la estabilidad necesaria para poder iniciar las campañas contra los musulmanes. Esta estabilidad consiguió calmar las reclamaciones de la nobleza.
La conquista de Mallorca: Un grupo de Prohombres catalanes presididos por Jaime I se reunieron en casa de Pedro Martell, en Tarragona, para preparar la conquista de Mallorca (1228). Al año siguiente, el 5 de septiembre de 1229 la escuadra catalana sale de Salou, y conquista Mallorca a Abu-I-Ala Idris al Mamun: desembarca en Santa Ponça y vence a los moros en la batalla de Portopí. Empezó la repoblación de los pagases del Ampurdán el (1236). En el siglo XIII ya se empieza a conmemorar en Mallorca, el día 31 de diciembre, la Fiesta de la Conquista, y más tarde en el siglo XIV llamada La Fiesta del Estandarte. El principal motivo de esta fiesta es mitificar a Jaime el Conquistador en la historia de Mallorca, así como también en el País Valenciano.
La conquista de Menorca: Por el tratado del Cap de Pera (1231) Abû Muhammad ‘Abd al-Wahid, ya era vasallo del rey Aragonés Jaime I. Alfonso II el Franco conquista de forma efectiva esta isla, después de la capitulación de Abû’Umar (1287). De acuerdo con el tratado de Anagni la cedió a Jaime II de Mallorca, el que la incorpora a la corona Mallorquina. Fue repoblada por catalanes, pero también se quedaron muchos sarracenos. La conquista se celebra anualmente el día de San Antonio.
La conquista de las Pitiüsas: Guillem de Montgrí, arzobispo de Tarragona, y su hermano Bernat de Santa Eugènia conquistaron la Pitiüsas (Ibiza y Formentera) el 1235 a Abû I-Hasan ‘Ali al-saîd al-Mutadid. La fiesta de la Conquista se celebra, siguiendo el modelo de la Fiesta del Estandarte mallorquina, el día 8 de agosto, día de San Ciriaco.
La conquista del Reino de Valencia: Comenzó el 1232. El 1238, tropas catalanoaragonesas entran en la ciudad de Valencia, que dependía del Califa de Bagdad al-Mustansir Billah. La conquista de las últimas plazas originó un encuentro con Alfonso X de Castilla, que pretendía conquistar Játiva. Pero renunció después de firmar un el tratado de Almizra según el cual Jaime I cedía a Castilla la conquista de Múrcia. El reino de Valencia lo repoblaron catalanes y aragoneses: los primeros ocuparon preferentemente las comarcas del litoral, que ahora son de habla catalana, y los segundos ocuparon preferentemente las comarcas interiores, inicialmente de habla aragonesa y hoy de habla castellana. La conquista se celebra en la ciudad de Valencia desde los tiempos de Ramón Muntaner hasta hoy, por imitación de la Fiesta del Estandarte de Mallorquina. Por lo que respecta a la conquista del Reino de Valencia, hay que mentar las diferentes revueltas del Caudillo musulmán Al-Azaraq.
La conquista de Múrcia: Castilla había sometido a Múrcia a vasallaje, pero los moros murcianos se revelaron contra Castilla con el soporte del Reino de Granada y de Marruecos. La reina Violante de Aragón y de Hungría (esposa de Alfonso X el sabio) pidió ayuda urgente al su padre Jaime I. Entonces, tropas exclusivamente catalanas comandadas por el Infante Pedro (futuro Pedro II el Grande) conquistaron a Muhammad ibn Hûd Biha al-Dawla el reino de Múrcia el 1266. Todo el país fue repoblado por catalanes. De acuerdo con el Tratado de Almizra, Jaime I cedió, generosamente, Múrcia al Reino de Castilla.
En el año 1269 salio de Barcelona con su armada para una expedición a Tierra Santa, en la Cruzada de Jaime I que tenia que ser la novena cruzada, pero dispersadas las naves por los tempestades, tubo que desembarcar en Aigüies-Mortes, cerca de Montpellier, y tuvo que renunciar a esta empresa.
Revuelta de los nobles contra Jaime I: Mientras el Infante Pedro estaba en el reino de Navarra para casarse con Juana I de Navarra, algunos nobles catalanes, en los que se encontraban Ramón Folc V de Cardona, Wilfredo III de Rocabertí y su hijo Dalmau, Arnau Roger I de Pallars Sobirà y Hugo V de Ampurias, apoyados por la nobleza aragonesa: Artal de Luna, Freís de Lisana, Pedro Cornel, Jimeno de Urrea con intención de obtener dineros, tierras y privilegios. Al frente de los nobles se encontraba Fernando de Sanchis de Castro, hijo de la relación del rey con Blanca de Antillón, que quería enemistar al heredero con el rey. Jaime I hizo prometer al infante a devolver los castillos de Antillón, donde vivía la madre de Fernando, que se dirigió para levantar el sitio pero fue derrotado, y huyó el junio de 1275 al castillo de Pomar donde fue el infante dispuesto a tomarlo al asalto. Viéndose perdido, Fernando huyó disfrazado de pastor mientras sus hombres se enfrentaban a los de Pedro, pero Fernando fue atrapado cuando intentaba cruzar el rió Cinca y Pedro mandó que lo ahogaran en el río.
Los testamentos: Jaime I murió en Valencia el 27 de Julio de 1276, después de un reinado de sesenta y tres años, cuando estaba viajando hacia el Monasterio de Poblet donde quería ingresar como monje después de ser derrotado en la batalla de Llutxent el junio del mismo año. Al morir el 1262 sin descendencia el infante Alfonso, su hijo mayor, Jaime I dejaba Mallorca, Menorca (entonces todavía en manos de los moros), las Pitiüsas, los condados del Rosellón y la Cerdaña (aproximadamente la actual Cataluña del Norte) y los territorios de la Occitania (la señoría de Montpellier, el vizcondado de Carladès y la boronía d’Omelàs: conocidos con el nombre de Reino de Mallorca, a el infante Jaime, que pasó a ser rey de estos territorios, con el nombre de Jaime II de Mallorca.
Por que se refiere a los diferentes testamentos, de Jaime I el Conquistador a cada uno había repartido sus tierras de manera diferente, según el numero de hijos que tenia en cada momento, y siguiendo una concepción patrimonial del estado. Las consecuencias de esta concepción fueron que, después del último testamento, se tuvo por un lado, la recomendación a su hijo menor, Jaime, que se mantuviera unido con su hermano mayor, Pedro, de acuerdo con el este firmó con su hermano el Tratado de Perpiñá de infeudación; La orden de Jaime el Justo que no podrían separarse el Principado de Cataluña, el Reino de Aragón y el Reino de Valencia; y el Juramento por las islas. De otro la lado, en la época entre los contemporáneos hubo conciencia de los inconvenientes de aquella política patrimonial por la división que creaba, como lo hace ver el cronista Ramón Muntaner en el ejemplo de la Mata de Jonc. Pero en cada testamento que iba haciendo Jaime I dependiendo de a los hijos que quería beneficiar, en primer lugar atribuía al hijo mayor Alfonso el Reino de Aragón; a Pedro, el Principado de Cataluña; y a Jaime, el reino de Mallorca y Montpellier, pero con diferentes combinaciones, dependiendo en cada momento por causa del numero de hijos: según el 4º testamento, Jaime hubiera sido rey de Valencia. El orden de nacimiento se asociaba pues a la importancia de el reino atribuido: Los patrimoniales Cataluña y Aragón, para el primogénito; y al haber dos hijos, Alfonso recibía Aragón y Pedro, Cataluña, como si Aragón fuera mas importante. Al tener cuatro hijos, el tercero recibía el Reino de Valencia, el tercero en importancia por extensión. Y al tener el cuarto, el pequeño recibía las tierras Norte-Pirineicas y Montpellier. Casi todos estos cambios se debían a que Jaime I tenia miedo a los enfrentamientos que pudieran ocasionar el crear unos reinos con demasiada extensión, y por eso separó el Reino de Mallorca, del Reino de Valencia, pero la consecuencia fue que los reyes de la Casa de Mallorca se tubo que enfeudar a sus parientes mas poderosos, por que la Cataluña Norte, estratégicamente era demasiado importante como zona de paso desde la Corona de Francia. Y finalmente, se produjo la reincorporación de las tierras de la Corona de Mallorca a la Corona de Aragón, con la perdida de Montpellier. A su muerte lo enterraron en el monasterio de Poblet.
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