Las formas de aprender.

Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar. Diógenes Laercio.

Desde luego que razón tenia el buen Diógenes, si calláramos cuantas cosas oiríamos, que ahora por estar hablando, no nos enteramos, y es que formamos tal griterío al querer demostrar que tenemos la razón, que a causa de ese griterío no nos enteramos que tal vez, el que tenga la razón sea nuestro oponente.

Pero eso pasa en todos los corros ya sean de personas cultas, de semi cultas, o de analfabetas completas. Ustedes se pueden poner a escuchar una tertulia radiofónica, televisiva o simplemente un reunión de periodistillas de los corros de la información basura. Si oye una tertulia radiofónica, hay unos cuantos que su función, (y aquí es donde no comprendo por que los llevan) pues bien la función de estos es que el oponente no pueda hablar, y para que no hable lo que hacen es interrumpir constantemente, no dejar hablar.

En la TV los hay que su misión es la misma, y aun mejor, insistir constantemente en aquello que ellos representan o piensan, o bien les hacen pensar los que los envían, para que frenen las opiniones de los demás, que además es la opinión que los oyentes les interesa, pero a ellos los mandan para que los oyentes no se enteren de la opinión de esa gente sensata, por que entonces les podría hacer pupa a los que los han mandado.

Y en los corros de la basura, eso es bochornoso, seguramente me dirán que para que lo veo, pues primero por que si no lo veo, ¿como lo podría criticar?, y segundo que en mi casa no vivo yo solo y como comprenderán, hay que ver de todo, por que si nada mas vemos lo que a mi me interesa, comprenderán que los demás no estarán conformes, y la convivencia también consta de eso, sabernos tolerar los unos a los otros, por que si no lo hacemos así, no hubiéramos llegado a convivir juntos 52 años y pico.

Pues estos de la basura, forman un guirigay de miedo, hablan todos a la vez, todos tienen razón, todos lo han visto con sus propios ojos, todos han cenado con el que critican o con el que alaban. Para los que no lo sigan, les digo que es un espectáculo que vale la pena ver, pues dicen tantas barbaridades que son dignos de escuchar solo por eso, y los gritos que se pegan los unos a los otros, es que a veces a mi de da vergüenza ajena, es que son bochornosos, ridículos e ignorantes. Yo no se de donde los sacan, si se los fabrican en los platós de la TV, o se los venden hechos.