La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano. (Aldous Huxley)
Las enfermedades son los intereses que se pagan por lo placeres. (John Ray)
Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio. (Baltasar Gracián )
Ayer, otra vez tuve que acudir a urgencias de la Mutua de Terrassa, que es adonde me corresponde, por el CAP (Centro de Asistencia Primaria), donde yo pertenezco. Este maldito invierno, ya llevo 6 veces teniendo que ir a las urgencias, ayer fue la última: a las dos de la mañana, me desperté con una Crisis de asma, no se si alguno de mis lectores la ha pasado, esto es horrible, cuanto mas dura la crisis, mas nervioso te pones, cuanto mas nervioso te pones, mas se agrava la crisis, quiere decir que es el pez que se muerde la cola. Los médicos, con su sabiduría, te aconsejan que sobre todo, al tener la crisis, te relajes y guardes la calma. Y yo estoy de acuerdo. ¿Pero como se hace? ¿Cómo se guarda la calma? Eso, no me lo ha contestado ningún medico todavía, se lo aseguro, ya, que si me dijeran la manera de hacerlo, no les quepa la menor duda, que yo la practicaría.
Lo único que puedo decir es, que el que no se haya encontrado en esta situación, no sabe lo que es. Los que si se hayan encontrado, no hace falta que se lo explique, por que estarán tan convencidos como yo. Pero voy a narrar para los neófitos, la experiencia y consecuencias de esta crisis: A las 2 de la madrugada de ayer viernes, a la entrada casi de la Primavera, pensando que ya casi había superado el invierno, me despierta una crisis de asma, me incorporo en la cama, intento no despertar a mi esposa, ya que ella duerme placidamente. A mi, me va faltando la respiración. Intento acompasar la respiración. Nada, no lo consigo cada vez, me da la sensación, de que me falta más aire. Siguiendo los consejos de los médicos, los cuales dicen: que no es que te falte el aire, si no que te lo parece, intento serenarme, acompaso la respiración y nada, que me ahogo, que no me entra el aire, que mi mente me dice: que no lo resistiré. Imagínense, que les sumergen la cabeza en una bañera. Que por ejemplo les han dicho que será solo por un tiempo determinado. Pero ustedes ese tiempo al estar sumergidos no lo pueden ni saber, ni comprobar. Solo saben, que no pueden respirar, que los pulmones no les aguantan, que están a punto de explotar, que llevan una eternidad, sumergidos, que no saben lo que les queda todavía y entonces piensan que se han de serenar y yo ahora les pregunto: ¿como se serena uno? Si cada vez, siente mas la presión de los pulmones y el tiempo no se que acaba y entonces les coge la desesperación, ¿Díganme como se serena y se calma uno?
Les sugiero que lo prueben y se darán cuenta de lo que es una crisis de Asma. Pues bien mientras estoy, que no quiero que se despierte mi esposa, cuando aun me domina un poco la serenidad, mi esposa empieza a resoplar placidamente, como toda persona que duerme profunda y tranquilamente. Y en la excitación de la crisis, salta el egoísmo del enfermo. Es inconsciente. Pero en el fondo, no es otra cosa (ahora en este instante; tratando de ser imparcial), ¡que egoísmo puro! ¿Por que me tiene que irritar que ella duerma si no tiene ningún mal? Pero me irrita y la despierto. Me subía la Bilirrubina, como decía una canción y no puedo más que darle un codazo a mi señora para que se despertara. Ella cogida de improvisto, se despierta sobresaltada y ve que estoy en mitad de la crisis. Ya le he dado la noche. El sueño le desaparece de la cara por la preocupación y se pone en movimiento. ME PREGUNTA: ¿QUÉ HACEMOS? Y YO LE CONTESTO AIRADO: ¡Y YO QUE COÑO SE! ¡LLAMA A URGENCIAS DE UNA VEZ! Y ESTE ES EL PRINCIPIO DE LA CRISIS, EL RESTO SI NO PASA NADA PARA EL PRÓXIMO BLOG.
A. J. V. Foix
A la deriva
el temps s’esmuny;
si ja l’enyores
l’amor és lluny.
N’abasteríem
un degotall?
Cada finestra
Torna’s mirall.
El temps fugia
—ombra d’ahir!—
a les aurores
que han de venir.
Però ens deixava,
agra dolçor,
l’instant inèdit
i perdedor.
El cor sospira
sota un cel clar.
El cristall d’ara,
qui el refarà?
TOMÀS GARCÉS.
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