Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos. (Indira Gandhi).
Pues, cuando vamos al dentista, nos pasa una cosa parecida, pero tenemos que ir. No hay remedio, yo he intentado pasar sin ir, pero llega el momento que no tienes mas remedio que ir. Y entonces viene el problema, y no entro en los precios, que solo por eso, se podría poner uno a llorar, pues te hacen un presupuesto, pero pasa como con los paletas; te dicen un precio, pero cuando empiezan, resulta que a medida que te van haciendo cosas, te van diciendo: « esto no estaba en el presupuesto», por tanto: « te sube, tanto mas». Y te suman esto y lo otro y lo de mas allá, y al final del presupuesto que te dijeron, no es tal, si no que se dobla el precio inicial.
Pero, ya perdono lo de los precios, por lo visto no lo pueden preveer todo, y lo admito. Pero lo peor, es que te dicen que no te van ha hacer daño. Y a mi el primer día, me fue estupendo, la verdad. Me pusieron cuatro implantes, y me extrajeron una muela, fue la mar de bien, me sedaron y la verdad es, que no me enteré prácticamente de nada. Resulta que me tenían que poner, según el presupuesto 5 implantes y una funda, pero la muela que tenia que ir la funda, mientras estaba sedado, el dentista se dio cuenta de que no estaba bien, y decidió extraerla. Según el, resulta que tenia un flemón en la raíz y me afectaba al hueso de la mandíbula. Según el y lo voy repitiendo, por que yo, que se, si era cierto o no, no les parece, pero hay que creerlo, por que si no nos podemos fiar de nuestros sanadores, ya si que podemos plegar. Pues resulta que me tuvo que dejar sin poner el implante de a lado de la extracción.
He tenido que esperar dos meses a que el hueso, se regenerara para poder ponerme los implantes, que ahora en vez de uno, en esa zona, son dos, lo que hace subir la factura, pero vuelvo a decir que eso es lo de menos, lo peor es lo que viene a continuación; como los primeros implantes, me fue tan bien la cirugía, que apenas la noté, la verdad es que fui convencido de que esto era coser y cantar. Pero la cosa se complicó, me dijo que el hueso tenía un agujero muy grande y que se tenía que regenerar. Y como es lógico la regeneración es más dinero. Pero ya que estamos puestos seguimos, como son dos implantes no me pone sedación, pero por lo visto la cosa se le complica, y empieza la tortura, la encia abierta para poner los dos implantes, el hueso que hay que limpiarlo, cuando al cabo de dos horas de tortura ya me colocado los implantes, me tiene que hacer la regeneración, es como los paletas cuando tapan los agujeros de las paredes. Con una especie de cemento te van llenando el agujero del hueso alrededor del implante, supongo que, para que quede bien fijado y no de problemas en el futuro.
Cuando salí de la clínica del dentista, estaba derrengado, dolorido, me tubo que poner anestesia tres veces, por que después de tanto rato, se iba despertando, y me tenia que dormir otra vez. Pero bueno llegué a casa, y pensé: bueno mañana será otro día. Por que, con los primeros implantes que me puso, al día siguiente no me dolía. Pero no señor, no fue otro día, fue peor, me levanté el viernes con la cara hinchada, dolorida, la barra del maxilar dolorida, en fin que he pasado un fin de semana, como para recordarlo. Hoy como estoy mejor, pues se me ha quitado la inflamación, el dolor, lo he ido calmando con un analgésico que me mandó, pues no lo noto ya, vamos que estoy mejor.
En fin que casi tres meses, después de empezar a ir al dentista, estoy peor que antes de ir, pues ahora tengo dos muelas menos, seis implantes en las encías, y sobretodo y lo peor la encia de los últimos implantes, todavía me esta supurando. Tengo que comer cosas blandas, no puedo masticar, así que me alimento, a base de de papillas y farinetas. Y esto son dos meses mas, que con los casi tres que ya llevo, se convierten en seis meses. Y luego, me tienen que tomar medidas y ponerme las piezas que me faltan, que son seis y luego roguemos al Señor que nos quede todo bien.
Y esto no es lo peor, para un joven, ¿que son seis meses?, pues en realidad, nada. Pero cuando se tiene la edad que tengo yo, resulta que me he puesto a pensar, ¿si vale la pena pasar por todo esto, para lo que los voy a poder emplear?, ¿se compensa, pasar por todas estas torturas?. Pero esto son decisiones de un momento, que cuando te serenas, ves que prácticamente es una estupidez.
Imaginar que els rellotges
són una joguina.
Suposar que demà sortirà el sol.
Confiar que hi ha un lloc on posar el peu
a l’altra banda de la porta.
Jugar a construir un món
d’imatges somniades.
Evocar el que hi hagué
i projectar allò que hauria d’haver-hi
a la capsa tancada del futur.
Esperar que algun dia
s’aturarà dessota dels teus ulls
la voluntat maldestra de aquests mots.
MIQUEL-LLUÍS MUNTANÉ.
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