Los hechos acaecidos en Mallorca y las infamias del PP.

El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe. (Diógenes de Sínope).
Ningún gobierno puede mantenerse sólido mucho tiempo sin una oposición temible. (Benjamin Disraeli).
Si os halláis precisado a oponeros al dictamen de otro, hacedlo. (San Francisco de Sales).

Si no fuera tan dramático, hasta me daría risa. Resulta que cuando ante una evidencia, como la de las escuchas, en lo cual, dicho sea de paso, esta mas que demostrado que el PSOE, es un artista, ya que esta demostrado legalmente por los jueces, de que es un experto. Pues bien, el PP. se saca este verano, lo que es evidente para todo el mundo, incluso para los más fieles seguidores del PSOE saben y sabemos todo el mundo, que el PP. esta siendo escuchado, unas veces legal y otras ilegalmente. Pero: ¿que pasa? Pues que sale el señor Rubalcaba, sin ningún pudor, llama a los del partido de la oposición, nada mas, ni nada menos, que infames. Y ni tan siquiera se ruboriza. Lo dice con contundencia. Como si tuviera razón. No se si es, que no sabe lo que quiere decir infame, o es que tanto se le da. Infame según el DRAE. dice asi: «Infame. (Del lat. infāmis). adj. Que carece de honra, crédito y estimación. U. t. c. s. 2. Muy malo y vil en su especie».

Es muy fuerte esto, para mi entender, por tanto, o este hombre es un intocable, al cual no se le puede aplicar las leyes (ya ven que digo las leyes, pues estas son las que castigan los insultos, por que si dijera justicia, seria que este Sr. Rubalcaba, cuando pronuncio estos insultos, automáticamente hubiera tenido que ser destituido de su cargo y después pasar a disposición judicial), o si no, es que esta por encima de todo. Pero es que también podría ser: que o la oposición, con el Sr. Rajoy a la cabeza, son unos ignorantes y no saben lo que les han dicho, o es que están tan acostumbrados a recibir insultos, que ya no se dan por enterados y tampoco les hacen mella.

Yo creo que con estos insultos, los cuales hay que tener en cuenta, que no han sido proferidos en el Congreso de los diputados, donde por aquello de la inmunidad, todo esta permitido, tal vez se podrían perdonar, ya que en el Congreso con aquello del acaloramiento, se dicen cosas como esta o mayores. Pero es que el Sr. Rubalcaba, lo ha dicho sin excitación, por la TV, dentro los programas de mayor audiencia y con toda la intención de decir, lo que dijo y sabiendo en todo momento lo que decía. Y por lo que veo, el Sr. Rajoy y compañía se quedan tan panchos, como si les hubieran echado un piropo. O es que tal vez, no se han dado cuenta de la magnitud del insulto.

Sr. Rajoy, menos ir haciendo melindres al Gobierno y ha dar soluciones, por que si no tal vez, el próximo en ir esposado en cuerda de presos, tal vez sea usted. Por que, de todo veo capaces a estos que nos gobiernan hoy día y lo digo, por aquello que un militante famoso del PSOE, decía: “Difama que algo queda”. Ya que, cuando se atreven a llamar “infames” a los que protestan con toda razón de un acoso insoportable, al cual en vez de dar soluciones como buenos gobernantes, se dedican a llamar corruptos (ni tan siquiera presuntos) a gentes, a las cuales sin haber hecho nada en su gran mayoría de veces, ya que así lo demuestran, después los jueces, cuando se llega a los juzgados, pero de momento ya les han colgado la infamia, de la cual ellos son los grandes titulares. Pero que mas da, ellos ya le han colgado el sambenito a una persona honorable. Y si después no se lo puede quitar de encima, que se fastidie y un opositor menos. Estos son nuestros gobernantes, maldad pura y la oposición: o es torpe, o es ignorante, o no se entera de que cada vez los acorralan, mas y mejor. OBSCURO ES EL PORVENIR DE ESTA POBRE NACIÓN, QUE UNA VEZ FUE GRANDE Y AHORA, CADA VEZ, ES MÁS PEQUEÑA Y MISERABLE, COMO BIEN DIJERA ANTONIO MACHADO.

L’ÚTER

L’úter, la casa, m’ha escopit,
com el volcà treu el seu magma
per cremar els rostolls dels sentiments.

La visió incandescent
cega l’últim alè d’esperança
i la infància queda petrificada
en el bosc mil•lenari de la injustícia.

FINA R. PALAU