El problema generacional era una cosa que no me lo había puesto nunca a pensar, pero desde hace 5 meses y 13 días, me esta machacando constantemente, las noches se vuelven largas y pesadas, cosa que nunca me había pasado, pero ahora cuando ya he roto el primer sueño, empiezan a dar vueltas los pensamientos, empiezo a pensar lo diferente que son las cosas desde ese día 1 de Enero de 2007.
Tengo un nieto que es lo que mas quiero en este mundo, pero supongo que por el problema generacional se me ha alejado de tal manera que apenas lo veo. Todo fue por un mal entendido, como normalmente pasan estas cosas, pero a me esta rompiendo el alma.
Este nieto lo hemos criado desde que tenia un mes de vida, mi esposa y yo, por que sus padres trabajaban, lo estuvimos criando en mi casa, ya que nosotros teníamos un comercio y como lo teníamos en nuestro domicilio, pues ahora mi mujer, ahora yo, nos íbamos turnando para criarlo.
Nunca fue a la guardería, su guardería fue mi casa durante 4 años, a los cuatro años entro en párvulos, empecé a combinarme con mi hija el ir a llevarlo y traerlo del colegio, así hasta que ya se valía por el para ir venir, (como por desgracia se separaron su padres) yo procuraba hacer un poco de padre para que no lo encontrara a faltar tanto.
Yo lo lleve la primera vez al barbero, y hasta ese fatídico día todavía íbamos juntos. Yo intente llevarlos a la mayoría de sitios que no los hubiera llevado si su padre hubiera estado en casa con el, y a veces a pesar de mi mala salud, hasta jugaba a fútbol con el.
Siempre mi hija, el y su hermana, primero todas las fiestas, también los días de cada día, cuando mi hija tenia mala combinación del trabajo, venían a comer a mi casa, cuando empezaron la pubertad las visitas fueron mas de tarde en tarde, empezaron a venir tarde a la y hora de la comida, un día 5 min., al otro 10, al otro 15, y así la cosa se fue enfriando.
Cuando se marchaban, su abuela se enfadaba con migo, yo le decía que como salían de noche, que era normal que hicieran eso, pero tanto fue durando, que como yo estaba encantado de que vinieran, también creía que ellos estaban encantados de venir, que me querían como yo les quería a ellos, pero craso error.
Se me ocurrió una idea que creí que era fantástica, después de consultarlo con mi esposa, y con miedo a que se lo tomaran mal les dije, que lo mejor era que los domingos, no vinieran mas a comer a casa mía, yo mientras se lo decía a mi hija, estaba temblando por que pensaba que se enfadaría, y me quede helado cuando me dijo que bueno, (Pero con un tono indiferente como si no fuera con ellos),
entonces, empiezas a pensar y ves que si han estado viniendo ha sido por compromiso, que venían por no decirnos que no.
Yo siempre creí que venían a comer a mi casa, por que se encontraban bien y al cabo de 20 años, me entero que venían por que no se atrevían a decirnos que no, que maldita la gracia que les hacia venir, ya veía malas caras en mis nietos, pero yo siempre le decía a mi esposa, que es que de salir de noche vienen como Zombis.
Que es lógico, que la juventud ya se sabe, que todos hemos sido jóvenes, que ya se les pasara.
Todo lo que fuera para engañarme a mi, por que era a mi que quería engañar, por que lo que no podía pensar es que fuera por que estaban hartos de venir, que no me quisieran como yo les quería, que si yo los quería, ellos a mi también, pero no es así, tu puedes querer lo que quieras, a quien quieras, pero eso no quiere decir que te quieran a ti.
Bueno pues después de esto, nos quedamos que celebraríamos los santos y los aniversarios, y esto ha durado un par de años, pero con malas caras y con el tiempo justo para comer y marchar, lo justo mientras comíamos y con el postre en la mano como quien dice ya se iban de casa por que tenían faena, otro quehacer.
En alguna ocasión no podían venir porque tenían que ir a algún sitio, o por el motivo que fuera, para mi y visto ahora creo que miraban de encontrar el motivo para no vernos, y así llego el fatídico día 1 de enero de 2007.
Yo había sufrido una intervención del pulmón, a causa de un Neumotórax y hacia tan solo 30 días que me habían operado, había estado en el Hospital y las visitas habían estado lo justas para no quejarme, y el día ese, año nuevo, lo celebrábamos juntos, por que mi hija nació el día 31 de diciembre y siempre lo hemos celebrado el día de año nuevo.
No se el motivo, ni por que, pero las caras estaban serias, yo intentaba disimular y procurar que el día pasara lo mas tranquilo posible, cuando en un momento determinado, se me ocurrió preguntar cuanto le había costado un anillo, que le habían regalado a su madre.
La respuesta fue rápida, contundente, tanto que tarde en recuperarme lo menos 3 ó 4 minutos, no se porque fue, no se que cosa me llevaba guardada en su corazón, para que me soltara tres insultos seguidos, se levantara con el odio en los ojos, y me dejara con las palabras en la boca, sin poder reaccionar hasta que me levante y marche de su casa.
Continuo diciendo que es lo que mas quiero, por eso creía que el me quería a mi, nunca pensé que me quisiera como yo a el, pero al menos que me quisiera un poco, pero me equivoque, desde entonces aun no me ha dicho nada.
Pero lo peor de todo es, que el 2 de mayo de 2007, me han tenido que intervenir de una hernia, y en el momento de venir a buscarme a la habitación el camillero, cuando salía para el quirófano y mirar para despedirme de los míos, solo faltaban mis dos nietos mayores, los que mas he querido, los que cuando han estado enfermos los he llevado al médico cuando su madre no podía, a los que cuidaba las noches de fiebre, que se quedaban en mi casa, para que no se enfriaran al tener que sacarlos por la mañana.
En fin no quiero decir nada mas por que no se piensen que lo que quiero es echarles la cosas en cara. Lejos de mi esa idea, yo con lo que me hubiera conformado que se portaran como mis nietos pequeños, que sin hacerles ni la ¼ parte de lo que les he hecho a ellos, estaban allí en el momento de marchar hacia el quirófano.
Y venirme a visitar al día siguiente, cuando mi nieto querido, aun espero que me pregunte como estoy, y mi nieta, me pregunto por teléfono, a los tres días, que como estaba, que no había podido preguntar por que estaba trabajando. ¿Ustedes se lo creen? ¡Pues yo no!.