Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez. (William Shakespeare).
Los cobardes son los que se cobijan bajo las normas. (Jean Paul Sartre).
No es verdaderamente valiente aquel hombre que teme ya parecer, ya ser, cuando le cuadra, cobarde.
(Edgar Allan Poe).
Y ayer noche, eran cuatro también, los que delante de más de quinientos, quemaron la pantalla gigante del Rabal de Montserrat de Terrassa. Eran cuatro los pirómanos. Y más de quinientos, los que pretendían ver el partido por medio de esa cámara. Pero esos cuatro les metieron el miedo en el cuerpo a los más de quinientos. ¿Y por que les metieron el miedo en el cuerpo? Pues por lo mismo: que cuatro eran los que entraban en los cines los años cuarenta y si no levantabas el brazo y te ponías a cantar “El Cara el Sol” te humillaban en el mejor de los casos y en el peor recibías alguna bofetada y si callabas nada mas, pero si protestabas: no solo te detenían, si no que te daban una purga de ricino, que te dejaban el cuerpo y la ropa echa un asco. ¡Pero es que con esta gente lo mejor es no meterse! ¡Lo mejor es callar! Estas son las frases de siempre. Y van de boca en boca, de los que pretendemos llamarnos prudentes. ¡Tú no te metas!
Y tanto se han repetido las frasecitas a través de los tiempos, que ahora hasta los policías las repiten: ¡Si no me lo ordenan yo no me meto! Y todos esos destrozos que hacen esos cuatro, ¿se creen les preocupa a las autoridades? Ni se lo crean, que mas da, para eso tenemos a estos serviles ciudadanos que corren con las facturas, pagando religiosamente los impuestos y si no nos llega con los impuestos que cobramos, pues les subimos mas y aquí paz y después gloria. Ya ven el derroche de Zapatero y como lo soluciona: que se nos acaba el dinero para derrochar, pues subimos la gasolina y decimos que es para que no gasten tanta energía, o subimos el tabaco y decimos que es para que no se enfermen de los pulmones. Y como la gente es tonta, pues se lo tragan y tan panchos todos y mucho mas los dirigentes políticos.
Y así vamos siempre, total son cuatro y la verdad es, que yo a través de mis muchos años, estoy pensando que si no serán siempre los mismos cuatro. Los mismos que mataban curas y monjas. Los mismos que mataban rojos. Los mismos que plantaban banderas catalanas. Los mismos que nos llevaban a huelgas que no tenían ni pies ni cabeza. Los mismos que ya en la democracia plantaban, banderas preconstitucionales. Los mismos que cuando hay un acontecimiento deportivo, queman mobiliarios urbanos. Los mismos que ocupan casas particulares, haciéndoselas propias. Los mismos de siempre, que solo van según la corriente los empuja. Como es lógico, no son exactamente las mismas personas. Pero yo, por todo lo que he visto y vivido, si que podría afirmar, sin miedo a equivocarme, que los que hoy quemaron la pantalla del Rabal de Monserrat, son los nietos de los primeros, los hijos de los segundos y también serán estos, los padres de los cuartos.
Como también puedo afirmar con la misma rotundidad, que los más de quinientas personas, que había ayer en el Rabal de Montserrat, también eran hijos o nietos, de los que sufrían las consecuencias de: los primeros gamberros, o tal vez asesinos, o tal vez patriotas , o vete a saber el eran, y también de los segundos y terceros y también de los cuartos. Y mientras, las personas que nos llamamos decentes y los policías y los políticos y todo el mundo, no olvidemos las frasecitas de: «Solo son cuatro» y «Mejor no meterse con esta gente» Continuaremos viviendo con el miedo en el cuerpo y no solo manteniendo políticos hambrientos de dinero, si que, pagando los destrozos de las gamberreadas de estos, que nada mas son cuatro, pero nos cuestan un montón de millones de Euros al año, por sus caprichos, de que cada vez que se tiran a la calle es para destrozar mobiliario, que no solo lo tenemos que pagar, si no que además nos fastidian las fiestas. Y ahora viene lo bueno, si son cuatro contra quinientos y pico, por que no se les aplica la justicia del pueblo. Yo hoy, después de tantos años creo, que lo que nos sobra a la gente de orden,¡es miedo! Y POR ESO, POR ESE MIEDO, RESULTA QUE NO SOLO VIVEN A NUESTRA COSTA ESOS CUATRO, SI NO QUE VIVEN UN MONTÓN DE GENTE, DESPOJÁNDONOS DE LO NUESTRO, APOYÁNDOSE EN ESE MIEDO, EL CUAL JUSTIFICAMOS CON LA FRASECITA DE: «MEJOR NO METERSE CON ESTA GENTE»
A Elionor
Deia Zacaries,
un profeta menor,
el qual a més de predir
era estricte observador,
que per tal d’assegurar-se
que no li aixequessin la camisa
i li donessin gat per llebre
va allargar la vista
per segona vegada
i seguir-li la pista a
«un rotlle que vola,
de vint colzes de llarg
per deu d’ample
suspès entre
la terra i el cel»
«i aquí va alçar
la tapa de plom
on hi havia
una dona asseguda»
i després
«dues dones
que sortiren i portaven
ales de vent
amb les quals volaven
com cigonyes»
de clariana en clariana
i amb la boca plena
de tot el que havien descobert.
ALBERTO G. LANDA
(Versió de Víctor Pallàs)
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