Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve. (Martín Lutero).
Libro de las lamentaciones:
Segunda lamentación
a Alef
2 1 ¡Cómo ha cubierto de nubes el Señor, en su ira, a la hija de Sion!
Derribó del cielo a la tierra el esplendor de Israel.
No se acordó del estrado de sus pies en el día de su ira.
Como no podía se

Esto ha sido y será siempre, como también ha sido y será siempre, que los políticos, en su afán por medrar y mantenerse en el candelero de su profesión, les dan alas a estos agoreros y no solo alas, si no subvenciones descomunales, para que así los dejen tranquilos y no les hagan la puñeta, y también, para conseguir sus logros obscuros en la política.
Yo, con lo que he visto en mis 76 años de andar por estos mundos de Dios, ya estoy de vuelta de todo o casi todo. Resulta que si yo como es normal no lo vi, si que me lo explicaron, que el año 1932 en que nací yo, en un 22 de junio, los montes de mi pueblo, en el Baix Cinca estaban nevados. Si esto fuera ahora, lo primero que dirían es que: “Esto no ha pasado nunca”. Siempre cuando hay un fenómeno extraño, esta es la expresión normal: “Esto no ha pasado nunca”
El otro día, en una entrevista en la emisora de Punto Radio, un ecologista decía sin rubor, que en los 100 años últimos, la temperatura del planeta, había subido una media de 0,7 C, no solo lo decía, lo afirmaba con rotundidad. De la forma que lo decía, cualquiera se hubiera podido pensar que el hombre, sabía lo que estaba diciendo. Pues no, no lo sabia, como lo va a saber, si los datos que guardan los servicios metereológicos, no llegan a esos 100 años que el pretendía hacernos creer. Y eso en los países desarrollados, que en definitiva representan la menor parte del planeta.
¡Pero que más da! Lo

Como es lógico esto es mentira, pero, lo que si es cierto, es que tanto los ecologistas, como los políticos que se han apuntado a carro del cambio climático, estos, están viviendo lo mismo que vivieron tantos y tantos otros a través de la historia, con cuentos parecidos de dragones y dioses.
REGAL
Quin día tan feliç.
La boira s'ha esvait aviat, treballava al jardí.
Els picaflors es detenen en els xuclamels.
No hi havia res a la terra que volgués tenir.
No coneixia ningú que valgués la pena d'envejar.
Vaig oblidar tot el mal que havia passat.
No m'abergonyia pensar que era qui sóc.
No sentía al cos cap dolor.
Redréçant-me vaig veure el mar blau y veles.
Berkeley, 1971
CLESLAW MILOSZ.
(Traducció de Xavier Farré)
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