miércoles, 2 de abril de 2008

La sequía que nos esta agobiando, por culpa del cambio climático y por unos políticos incapaces de prever, las consecuencias de sus actuaciones.

En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes. (Jean de la Bruyere).
Una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia. (Jean de la Bruyere).
Para los agoreros del cambio climático, y por si no han tenido tiempo de poder investigar en los tiempos pasados, les voy a transcribir el capitulo 41 del Éxodo, para que se den cuenta de lo que pasaba hace aproximadamente unos 5000 años. Creo que con lo que nos dice el Éxodo hay suficiente y no hace falta añadir nada más. Ya en la Santa Biblia esta todo explicado, pero como la gente vive del materialismo, y en el engaño al igual que los brujos de la tribu engañaban a la ignorante comunidad, hoy los partidos políticos, engañan a sus votantes, que no les votan por lo que son (por que en realidad, si analizamos a la retahíla de políticos que pululan por este triste país, veremos que su capacidad es nula) si no que les votan por lo que representan. Yo he estoy harto de oír a unos y a otros lo siguiente: «Yo voto a Zapatero por que soy de izquierdas»o bien: «Yo voto Rajoy por que soy de derechas» y yo estoy harto de decir que por que no votan al que mejor lo pueda hacer, pero no, tienen que votar la opción a la que prefieren aunque los engañen.

Pero estos gobernantes que tenemos se cargaron el trasvase, que a estas horas podría solucionar mucho la sequía que nos esta aquejando, y por una estupidez derogaron la ley sabiendo que a la corta o la larga tendrán que hacer una red de trasvases que unan todas las cuencas hidrográficas, y de esta manera enviar agua a las zonas que les haga falta, en cada momento, y si no lo hacemos así nos pasara lo mismo que le hubiera pasado al Faraón si no hubiera hecho caso a José cuando le interpretó el sueño de las vacas. Pero este es nuestro país y sus políticos “ruines y miserables”. Además de ser insolidarios, cuando ellos necesitan quieren que los otros sean solidarios.

Capitulo 41 del Éxodo.
41 Aconteció después de dos años completos que el faraón tuvo un sueño: He aquí que él estaba de pie junto al Nilo; 2 y del Nilo subían siete vacas de hermoso aspecto y gordas de carne, y pacían entre los juncos. 3 Pero he aquí que otras siete vacas salían del Nilo, detrás de ellas, de mal aspecto y flacas de carne. Estas se pusieron junto a las otras vacas a la orilla del Nilo. 4 Entonces las vacas de mal aspecto y flacas de carne devoraron a las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Y el faraón se despertó.
5 Se durmió de nuevo y soñó por segunda vez; y he aquí que siete espigas subieron de un solo tallo, gruesas y hermosas. 6 Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente. 7 Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. El faraón se despertó, y he aquí que había sido un sueño.
8 Sucedió que por la mañana su espíritu estaba perturbado, por lo que mandó llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios. El faraón les contó sus sueños, pero no había quien se los interpretase al faraón. 9 Entonces el jefe de los coperos habló al faraón diciendo:
-Ahora haré mención de una falta mía. 10 El faraón se enojó contra sus siervos y me echó en la cárcel de la casa del capitán de la guardia, junto con el jefe de los panaderos. 11 En una misma noche él y yo tuvimos un sueño, y cada sueño tenía su propia interpretación. 12 Y estaba allí con nosotros un joven hebreo, esclavo del capitán de la guardia. Se lo contamos, y él interpretó nuestros sueños; a cada uno le interpretó su propio sueño. 13 Y aconteció que tal como él nos lo interpretó, así sucedió: A mí el faraón me restableció en mi puesto y al otro lo hizo colgar.
14 Entonces el faraón mandó llamar a José, y le hicieron salir apresuradamente de la cárcel. Se afeitó, se cambió de ropa y vino al faraón. 15 Entonces el faraón dijo a José:
-He tenido un sueño, y no hay quien me lo interprete. Pero he oído hablar de ti, que escuchas sueños y los interpretas.
16 José respondió al faraón diciendo:
-No está en mí. Dios responderá para el bienestar del faraón.
17 Entonces el faraón dijo a José:
-En mi sueño yo estaba de pie a la orilla del Nilo. 18 Y he aquí que del Nilo salían siete vacas gordas de carne y de hermoso aspecto, y pacían entre los juncos. 19 Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de ellas, delgadas, de muy feo aspecto y flacas de carne. Jamás he visto otras tan feas como aquéllas en toda la tierra de Egipto. 20 Entonces las vacas flacas y feas devoraron a las siete primeras vacas gordas. 21 Estas entraron en su interior, pero no parecía que hubiesen entrado en ellas, porque su apariencia seguía siendo tan mala como al comienzo. Y me desperté. 22 Vi también en mi sueño siete espigas que subieron de un solo tallo, llenas y hermosas. 23 Pero he aquí que detrás de ellas brotaron otras siete espigas, secas, delgadas y quemadas por el viento del oriente. 24 Entonces las espigas delgadas devoraron a las siete espigas hermosas. Se lo he contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete.
25 Entonces José respondió al faraón:
-El sueño del faraón es uno solo. Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer: 26 Las siete vacas hermosas son siete años; y las siete espigas hermosas también son siete años. Se trata de un mismo sueño. 27 Las siete vacas flacas y feas que salían detrás de las primeras son siete años, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento del oriente son siete años de hambre. 28 Como dije al faraón, Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer. 29 He aquí que vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, 30 pero después de ellos vendrán siete años de hambre. Toda la abundancia anterior será olvidada en la tierra de Egipto. El hambre consumirá la tierra, 31 y aquella abundancia pasará desapercibida en la tierra, debido al hambre que vendrá después, porque será muy grave. 32 El hecho de que el sueño del faraón haya sucedido dos veces significa que la cosa está firmemente decidida de parte de Dios, y que Dios se apresura a ejecutarla.
33 »Por tanto, provéase el faraón de un hombre entendido y sabio y póngalo a cargo de la tierra de Egipto. 34 Haga esto el faraón: Ponga funcionarios a cargo del país que recauden la quinta parte del producto de la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. 35 Que ellos acumulen todos los alimentos de estos años buenos que vienen, que almacenen el trigo bajo la supervisión del faraón, y que los guarden en las ciudades para sustento. 36 Sean guardados los alimentos como reserva para el país, para los siete años de hambre que vendrán sobre la tierra de Egipto. Así el país no será arruinado por el hambre.
José es hecho señor de todo Egipto
37 El plan le pareció bien al faraón y a todos sus servidores. 38 Entonces el faraón dijo a sus servidores:
-¿Podremos hallar otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
39 El faraón dijo a José:
-Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan entendido ni sabio como tú. 40 Tú estarás a cargo de mi casa, y todo mi pueblo será gobernado bajo tus órdenes. Solamente en el trono seré yo superior a ti. 41 -El faraón dijo además a José-: He aquí, yo te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto.
42 Entonces el faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José. Le vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello. 43 Luego lo hizo subir en su segundo carro, y proclamaban delante de él: "¡Doblad la rodilla!" Así lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto, 44 y el faraón dijo a José:
-Yo soy el faraón, y sin tu autorización ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
45 El faraón llamó a José Zafenat-panéaj, y le dio por mujer a Asenat hija de Potifera, sacerdote de On. Y José salió a recorrer toda la tierra de Egipto.


No os burléis de la invención
D'este mi nuevo presente;
Que se hace por razón
Que este caballo bridón
Espuelas no las consiente.

Por su nombre lo veréis
Que derriba de loçano;
Mirad cómo arremetéis,
Porque a lo menos quedéis
Con las riendas en la mano.

CRISTÓBAL CASTILLEJO.

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