Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen. Francisco de Quevedo y Villegas
Tengo casi 76 años, l
o he visto un montón de veces, pero no me acostumbro. No comprendo a la gente corriendo de esa manera, por las escaleras de un gran almacén, a riesgo de romperse la crisma. No se, si es como un necesidad que tienen de sufrir, o tal vez, el morbo de pensar que van a encontrar la ganga del siglo. Pero es que yo, no se que es lo que buscan, ¿como pueden saber que lo encontraran? y ¿si lo vendieron el día anterior? ¿O es que tal vez van a comprar lo que sea, con tal de que este rebajado? ¿Pero y si no le interesa? Para que demonios quieren lo que van a comprar.
Yo pocas veces he conseguido alguna cosa en las rebajas que me interese: primero ¿por que para que quiero yo una prenda, por muy rebajada que me la den, si no me la voy a poner?
Segundo: si lo que busco es una cosa determinada, nunca la he podido encontrar de rebajas, por que aquello resulta que no estaba rebajado.
Yo entendería que una Sra. vea en un aparador una cosa que es de su agrado, entre y la compre. Pero que esté en la puerta del establecimiento, esperando que abran, y cuando abren, se lance a una carrera loca escaleras arriba, cuando sabe que detrás de ella van tropecientas rebajeras, para conseguir lo mismo que ella, y que cogen el genero, y miran, y ni tan
solo saben si es su talla, y dejan y cogen otra prenda, y se pelea con otra Sra. que hay a su lado, por que dice que le ha quitado la prenda que ya había elegido.
Esto que he expuesto es lo que yo siento, pero ahora me gustaría saber lo que piensa una Sra. de esas, que placer siente cuando esta removiendo aquel motón de ropas. Que placer casi sensual siente. Por que tiene que sentirlo, por que negocio, no va hacer, por que es muy improbable, que lo que se va a comprar le sirva para nada. Y aun peor, ¿y si después de jugarse la vida, por las escaleras, resulta que se va sin comprar nada? No sonrían que las hay que después de pelearse con varias mujeres, de correr el riesgo de una caída, de revolver los montones de ropa, resulta que se van sin nada a sus casas.
Y entonces recuerdo aquella mujer, que cada año iba a las rebajas del Corte Ingles, no para comprar, si no para que la sacaran por la TV, por ser la primera que entraba en el almacén. Hasta que un año, otra, que se había enterado que solo iba por eso, le quito el puesto para salir ella la primera, pues casi se pegan, por ser las dos las primeras. Lo bueno del caso, es que primera mujer, siempre iba con el mismo abrigo, y ya hacia varios años, por tanto se conoce no compraba, como mínimo abrigos, por que si no habría cambiado.
No se si los comercios ha
rán gangas con las rebajas, yo creo que si, por que si no, no las harían, y si hacen negocio los comercios, seguro que los clientes no lo hacen. Y hablando de esto me viene a la memoria el negocio del gitano, que venda lo que venda siempre hace negocio y en cambio los hay que se piensan que los han engañado, cuando los reyes de trueque comercial, son ellos.
En fin los hay que disfrutan con cosa peores, por tanto no nos alarmemos, mejor que nuestras féminas se entretengan con esto, que no con otros vicios peores, que les podrían reportar males mayores. Que cada uno disfrute a su manera mientras no haga mal a nadie, y yo creo que estas Sra. salvo que se peleen entre ellas, no hacen mal a nadie.

Yo pocas veces he conseguido alguna cosa en las rebajas que me interese: primero ¿por que para que quiero yo una prenda, por muy rebajada que me la den, si no me la voy a poner?
Segundo: si lo que busco es una cosa determinada, nunca la he podido encontrar de rebajas, por que aquello resulta que no estaba rebajado.
Yo entendería que una Sra. vea en un aparador una cosa que es de su agrado, entre y la compre. Pero que esté en la puerta del establecimiento, esperando que abran, y cuando abren, se lance a una carrera loca escaleras arriba, cuando sabe que detrás de ella van tropecientas rebajeras, para conseguir lo mismo que ella, y que cogen el genero, y miran, y ni tan

Esto que he expuesto es lo que yo siento, pero ahora me gustaría saber lo que piensa una Sra. de esas, que placer siente cuando esta removiendo aquel motón de ropas. Que placer casi sensual siente. Por que tiene que sentirlo, por que negocio, no va hacer, por que es muy improbable, que lo que se va a comprar le sirva para nada. Y aun peor, ¿y si después de jugarse la vida, por las escaleras, resulta que se va sin comprar nada? No sonrían que las hay que después de pelearse con varias mujeres, de correr el riesgo de una caída, de revolver los montones de ropa, resulta que se van sin nada a sus casas.
Y entonces recuerdo aquella mujer, que cada año iba a las rebajas del Corte Ingles, no para comprar, si no para que la sacaran por la TV, por ser la primera que entraba en el almacén. Hasta que un año, otra, que se había enterado que solo iba por eso, le quito el puesto para salir ella la primera, pues casi se pegan, por ser las dos las primeras. Lo bueno del caso, es que primera mujer, siempre iba con el mismo abrigo, y ya hacia varios años, por tanto se conoce no compraba, como mínimo abrigos, por que si no habría cambiado.
No se si los comercios ha

En fin los hay que disfrutan con cosa peores, por tanto no nos alarmemos, mejor que nuestras féminas se entretengan con esto, que no con otros vicios peores, que les podrían reportar males mayores. Que cada uno disfrute a su manera mientras no haga mal a nadie, y yo creo que estas Sra. salvo que se peleen entre ellas, no hacen mal a nadie.
LLEGENDA
Cavallers de barba blanca
per un aspre viarany.
Potser tornen de cacera,
potser van a guerrejar.
Canyes altes i florides,
un bressol vora el canyar.
Entre flors de satalia,
El somriure de l’Infant.
Descavalquen, s’agenollen,
si el sabessin bressolar!
Amb la boira s’esvaïen
la cacera i el combat.
Neixen albes, cauen fulles,
passen aigües riu enllà.
Pels camins de la ribera,
sense brides, els cavalls.
TOMÁS GARCÉS.
Cavallers de barba blanca
per un aspre viarany.
Potser tornen de cacera,
potser van a guerrejar.
Canyes altes i florides,
un bressol vora el canyar.
Entre flors de satalia,
El somriure de l’Infant.
Descavalquen, s’agenollen,
si el sabessin bressolar!
Amb la boira s’esvaïen
la cacera i el combat.
Neixen albes, cauen fulles,
passen aigües riu enllà.
Pels camins de la ribera,
sense brides, els cavalls.
TOMÁS GARCÉS.
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